La fiesta de la piscina

¡Hola, amigos de Roble! Aquí os cuento cómo fue esa noche tan especial :) Primero, comenzaré con esa misma tarde...

 

Cuando Babú y yo bajamos, vimos a Flox y Felí trabajando en los globos. Íbamos a colgar los globos por lo alto de la pista, y la verdad es que luego quedó precioso. Tras un rato inflando globos, atando cuerdas y colgándolos por la pista, al fin pudimos disfrutar de uno de los últimos baños en la piscina. La verdad es que estaba despejado, parecía que apenas había nubes, y nos parecía imposible que en el telediario se hubiera presagiado lluvia para esa noche.

Me subí más pronto de lo habitual para prepararme para la fiesta, y fui cuidadosa; me puse vaqueros largos y cogí una sudadera por si acaso hacía frío. Cuando miré por la ventana... todo el ánimo se me cayó a los pies: estaba lloviendo como no llovía en semanas.

Bajé en cuanto vi que Flox ya estaba abajo, y también estaban Babú, Melisa, Francis (que bajó conmigo) y Tommy (que estaba en mi casa porque su padre tuvo que ir a urgencias, ya que se abrió el dedo cuando estaba preparando los cubiletes de hielo).

Llovía de una forma increíble, así que tuvieron que sacar las mesas de la pista, donde estaban los globos que colgamos por la tarde. Me puse algo triste, porque desde el principio supuse que habría algo que me decepcionaría, y ahí lo tenía: todo lo que habíamos preparado estaba arruinado. Llevaron las mesas a la zona donde se hacen los cumpleaños, y pedimos al conserje (sí, el gordo malvado) que encendiera los focos del soportal donde estaba la sala.

Trajeron las pizzas poco después, eran gratis al ser degustación. Flox, Felí y Melisa cogieron tres trozos de pizza seguidos, así que tardaron bastante en comerlas ya que la cola era inmensa. Babú y yo cogimos un trozo, y cuando terminamos, Babú me dijo que fuéramos a por otro. Cuando le dije que esperásemos, se quejó un poco, y luego se impacientó.

Sin embargo, había sido buena idea; cuando las mesas se despejaron un poco, pudimos coger instantáneamente otro trozo de pizza de jamón. También bebimos Nestea, y comimos unas cuantas chuches (obsesión con los aritos de maíz).

Antes de que pudiéramos darnos cuenta había dejado de llover, y pudimos bajar al parque a hacernos unas cuantas fotos. Una niña llamada Carmen, que iba a mi antiguo colegio, se vino con nosotras, y yo fui la encargada de ocuparme de ella. Hicimos una pirámide humana, y unas cuantas fotos cogiéndonos entre nosotras. Yo cogía a Flox.

Después de un rato así, al fin se decidieron a llevar las mesas y las chuches a la pista de fútbol, donde habíamos colgado los globos. También pusieron música, aunque mucha era del siglo pasado...

Babú, Felí y unas cuantas más se pusieron a bailar, pero a mí me daba muchísimo corte (sí, vale, no creáis que soy sosa) y a Flox también, así que nos quedamos juntas escuchando la música. Babú nos sacaba la lengua todo el rato, y nos llamaba sosas (sí, Babú, te la tengo guardada), hasta que pusieron una canción de borrachos y me fui a bailar haciendo el tonto. Después también bailé en la macarena.

Luego montaron un karaoke. Lo malo fue que el micrófono daba calambres (tengo una herida en la muñeca que lo demuestra) y que la mayoría de canciones eran también del siglo pasado.

Estuvimos luego un rato por ahí, comiendo palmeritas y bebiendo Coca-Cola. Fue una fiesta muy divertida, la verdad.

 

Aquí os lo he resumido un poco, omitiendo algunos detalles, pero espero que os haya gustado igualmente :)

Un abrazo de Gri.